15.12.11

Sobre la pu... blicidad

(ADVERTENCIA: tal vez esté en este post más exaltado y agresivo que de costumbre, pero la propaganda es algo que me altera en exceso)

¡Bienvenidos al maravilloso mundo del consumismo!

Un año más la Navidad ha llegado. Se pone en marcha la mejor campaña publicitaria de la historia. Aquella en la que todo el mundo sabe estar cayendo, pero siguen haciéndolo con cada vez más ahínco. Y para mantener los niveles de compras altos, más anuncios. En todas partes, bombardeándonos, diciéndonos lo que debemos comprar, a quien enriquecer. Me siento inclinado a detestar toda publicidad, teniendo en cuenta que se trata de mensajes que tratan de persuadirte, de decirte qué debes hacer, en lugar de dejar a tu elección lo que desees comprar. Pero claro, supongo que es necesaria para al menos informarte de los productos que existen y darte a conocer sus características, así que la publicidad en general la tolero, sin fiarme nunca de ella. Y tal vez algún día tenga que vivir con dinero obtenido mediante ella. No sé hasta que punto podría ser capaz de eso...

En cualquier caso, la publicidad que realmente sí detesto es la que te miente. La que usa falacias para convencerte, ésa que cada vez se usa más y más. La que te induce a pensar que la perfección es alcanzable mediante determinado producto, la que te esconde la verdad sobre una oferta con letras que pasan a una velocidad sólo equiparable a Usain Bolt tras tomar anfetaminas, la que no te persuade con argumentos racionales. Y, últimamente, de las que más consiguen enfadarme son las que nos transmiten valores humanos. Marcas comerciales que intentan convencernos de que su fin no es el dinero, sino el altruismo. Esas que tratan de identificarse con la moda del perroflautismo y el 15M usando eslóganes que invitan a la rebeldía e incluso representan asambleas en sus anuncios. Compañías que alardean de ecologismo mientras su basura atasca los vertederos del tercer mundo. Bancos que dicen ser diferentes a los demás y mimar mucho a sus clientes, tal y como dicen los otros bancos.

Pero el que colmó mi paciencia hasta llevarme a hacer este post es el siguiente:



Bien. Para empezar, se podría señalar que los puntos positivos señalados en el vídeo se ven ampliamente superados por los negativos (la bomba diseñada por el científico puede acabar con todas las mamás que preparan pasteles). También podría centrarme en que los aspectos positivos casi siempre son pequeños lujos que pocos nos podemos permitir en el mundo mientras que los negativos afectan a una gran masa de personas desfavorecidas, lo cual hace que el anuncio se pueda interpretar desde un ángulo inverso al obvio que incite a la insensibilización (me explico: "¿Qué importan los tanques? ¡Tenemos peluches!").

Pero no voy a abundar en esas críticas formales(aunque ya las he dejado en el aire) porque, pese a ellas, el mensaje sigue siendo bonito: hay más personas inclinadas a hacer del mundo un lugar mejor, que personas que se dediquen a empeorarlo, y por ello hay esperanza de que el bien supremo triunfe sobre los intereses maléficos. Vale. Sobredosis de azúcar. Feliz Navidad a todos. Demos un paseo bajo el arco iris. De acuerdo.

Ahora me centraré en su otro mensaje, en el publicitario, que al fin y al cabo lo tiene, ya que esto no es un mensaje altruista de amor y felicidad sino un anuncio. El mensaje que nos quiere decir al final con ese "por cada arma que se vende en el mundo, 20 mil personas comparten una Coca-Cola", es que Coca-Cola trae la felicidad. Con ello, Coca-Cola está comparando su refresco con todas las cosas buenas que ha mencionado antes frente a las malas, y se está enorgulleciendo de traer esperanza al mundo. Pero eso no es Coca-Cola. Coca-Cola es una empresa multinacional dedicada a vender refrescos para ganar dinero, no se dedica a hacer un mundo mejor. Si lo hiciese, seguramente el mundo sería un lugar mejor. Con todo el dinero que maneja, con todas las vidas que explota, con todo el poder que reúne, podría hacer que muchas esperanzas se viesen cumplidas. Pero no lo hace. Simplemente vende refrescos. Y no lo hace para hacer del mundo un lugar mejor. Lo hace para ganar dinero. Y el dinero no tiene alma.

Efectivamente, hay razones para creer en un mundo mejor, pero Coca-Cola no es una de ellas.

1 comentario:

  1. Hay un anuncio mejor que ese, es buenísimo pero luego ves que anuncia chorizo y dices: ¿POR QUÉ?

    PD: Este: http://www.youtube.com/watch?v=ICws_wMsKXM

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