Sobre las palabras

No hay nada similar a las palabras, enunciadas o escritas. Sonidos y signos.

Kiosko. Amor. Perro. Tristeza. Bochinches. Mirada. Circuncidado. Muerte. Casa. Schwarzenegger.

Pero mucho más que eso. Son un arma, un derecho, un regalo, un sentimiento, una verdad y la más absoluta de las falsedades. Todos somos palabras. Las palabras definen lo que somos. Nos conforman, construyen nuestra personalidad o destruyen nuestra identidad. Nunca seríamos nada sin palabras, pues nunca podríamos decir lo que somos si no las tuviésemos. Cada definición de cada palabra es un lazo que nos ata, que impide a esa palabra ser algo más. Y nos lo impide a nosotros. Las palabras son cadenas que aprisionan nuestras posibilidades. Si no existiesen, si el habla nos fuese ajena y nuestras manos tuviesen unos dedos minúsculos que nos imposibilitasen el uso de útiles de escritura, entonces cada uno podría imaginar de una manera cómo es el mundo que nos rodea. No se enseñarían conceptos encorsetados sobre el universo en los colegios, sino que la imaginación sería libre de definir cada cosa. Todos podríamos hacer que un zapato fuese una lámpara. O que el odio fuese amor. Y todo sería el caos, pero podríamos hacer del caos un orden.

Sí, las palabras son cadenas. Y las cadenas son, la mayoría de las veces, palabras.

Pero al mismo tiempo, las palabras son la fuerza para romper esas cadenas. Una palabra puede matar, pero también salvar una vida. El uso adecuado de las palabras puede repartir felicidad o desgracia. Deciden tu futuro. Las palabras te hacen tener un trabajo, aprobar un examen o superar una prueba. Te sitúan, pero también te pueden hacer sobrepasar tu situación, romper con lo que eres o has sido. La ausencia de palabras también nos afecta. No pronunciar palabra puede tener más significados que todo un diccionario. Y más importante que todo es saber atender a las palabras. El mundo cambiará cuando ciertas palabras sean escuchadas. Quizá todos debamos repetirlas hasta que alguien las escuche o las lea. Domina las palabras y dominarás el mundo. Al menos, seguro que dominarás tu mundo.

Palabra. Palabra. Palabra Cadabra. Palabrá. Pálabra. PA-LA-BRA.

Como se suele decir, he dicho tanto la palabra "palabra" que ha perdido su significado. Aunque, pensándolo bien, nunca lo ha tenido. Sólo es una palabra. Tiene el significado que le queramos dar.