30.5.13

Sobre el paisaje

El escenario cubierto de vida que se asienta en los cimientos del mundo nunca te pedirá que te acerques. Sólo lo harás para enfrentarte a la fuerza de su inmensidad definida que se alza impetuosa contra los vientos. Arrojar lo que eres a través de un camino que no existe delante de ti y que desaparece a tu espalda es la única manera de conquistar a la Tierra misma. Cuando tengas bajo tus pies kilómetros de vidas pasadas y años de quieta paz, sólo existirá tu voz calmada recorriendo el rotundo y pesado laberinto que la naturaleza ha dispuesto. En ese momento existes, al fin, como un ser independiente ajeno a las artificiales dependencias construidas por otros. La montaña.

Millones de brazos de un azul profundo que luchan contra tu cuerpo para que te adentres en la masa inconexa de una voluntad que no es ninguna. Puedes luchar, pero nunca vencerás. El producto de tu esfuerzo será el agotamiento y la muerte. Perdido para siempre en un desierto húmedo que anula tu humanidad. Cuando te hallas perdido en la inmensidad de una canción imposible y apacible que evoca el más primordial de todos los ritmos no puedes esperar que tus palabras lleguen a ningún sitio. Ese movimiento infinito del que proviene todo lo que acaba te devora con su imposible vastedad y sólo te queda luchar por recuperar tu libertad. El mar.

2 comentarios:

  1. Mientras te leía, me he visto sumergida entre tus letras y todo aquello que describes. Tienes una narrativa que aborbe. Ha sido muy evocador, me alegra haber caído por aquí de casualidad. ^^

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    1. Me alegra que tú cayeses aquí por el motivo que sea, y más si resultó placentero en algún grado. Gracias por las palabras bonitas.

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